miércoles, 28 de marzo de 2007

El barbero II

Hoy le permití que me rasurara con la navaja. Algo realmente inpensado en mí, pues tengo un temor casi patológico a las navajas. No sé si le dejaré que lo vuelva a hacer la proxima vez que me afeite. La hoja arrasó la parte baja de mis patillas y los vellos de mi nuca. Él tiene un cuerpo que me lastima. Irradia deseo. Él es un hombre del cual deseo saber cómo besa, qué sabor de lengua tiene en sus besos. Sigo saboreando su respiración. Me ha preguntado algo y le negué. Aún llevo la angustia que surge cuando me despido del barbero. Hasta que crezca mi barba y vuelva a él. Me siento devastado.

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