lunes, 2 de abril de 2007

La mirada del otro

Hoy unos ojos me atentaron. Es sorprendente el grado de destrucción que puede llegar a tener una mirada. Mientras pasaba por una pizzería, llegó a mi este par de pupilas. Nos quedamos los dos por un lapso tan corto como eterno, mirándonos. Él, de unos 45 años pareció alguien inexperto, como un iniciado y yo como un iniciador. Nos desconcertamos, nos petrificamos, nos avergonzamos como pecadores insalvables. Al final, yo seguí mi camino y él... él me dejó sus ojos.

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