sábado, 2 de junio de 2007

Destornillador para abrir el tercer ojo


Hoy he estado con un gordo. He visto su culo abundantemente peludo. Mi dedo lo ha explorado. Llevo conmigo la más maravillosa visión de mis últimas semanas. Ese culo, esos vellos, esa entrada recorrida por mi dedo.

El gemir de mi compañero, mi cómplice en la masturbación del goce. Sus pezones endurecidos como botones afelpados, el ombligo imberbe, su leche derramada en su panza ancha y esférica, sus ojos en el momento del éxtasis. Todo eso habré de olvidar.

...pero su culo, no.

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